Comprometida, curiosa, dinámica, entusiasta y persistente, alguien que cree que todo es mejor con una sonrisa. En mi tiempo de ocio, aventurera y viajera incansable, sobretodo hacia esos lugares que no entienden de nacionalidades ni circunstancias personales.

Mi camino empezó allá por el año 1997 cuando decidí que aquello que llamaban turismo abría puertas hacia lo desconocido a una soriana como yo. Y tras tres años en una gélida Ávila me diplomé en turismo. Empecé a hacer mis pinitos en la recepción de un imponente castillo del siglo XII y desde entonces me recorrí España  durante 8 años aprendiendo mucho de protocolo, atención al público, calidad y medioambiente, ventas, gestión de equipos y organización de eventos.

Y llegó el día, aquel en el que te dices aquello de “renovarse o morir” y vuelves a coger las maletas, esta vez para embarcarme en una nueva aventura en Madrid.

Los siguientes 8 años de mi vida profesional los desarrollé en la dirección comercial de una gran compañía hotelera como responsable del área de eventos, desde la parte más operativa o de producción hasta llegar a la puramente comercial, como mucho ingenio y creatividad por el camino. Un periodo maravilloso en el que además aproveché para seguir formándome, esta vez con un Máster de Gestión y Organización de Eventos y un Postgrado en Gestión Empresarial de la Música.

En la actualidad, me siguen produciendo hormigueo los retos. Puedo asegurar dos cosas, la primera, que mi pasión por los eventos y la música es algo irremediable, y la segunda, que el sur me tira cada día más (pero sin perder el norte).

Hoy, más de 15  años después, mi visión y experiencia en la industria de los eventos es algo más amplia y mi admiración por la música y su empleo como vehículo de conexión emocional con el público, como lenguaje para contar valores y atributos de marca, han hecho que a día de hoy me encuentre en Berlanga Producciones, haciendo de mis dos grandes pasiones un nuevo reto personal y profesional.